Sedienta Pasión.

Tic tac canta el reloj al murmullo del viento, anunciando la proximidad del raudo llegar del eterno amante, con su libido hambriento seducido en el tiempo se detiene a cosechar elixir del vigor ancestral que lo tiene sediento. Hambre y deseo invade sus venas en la espera para devorar la ambrosia de su doncella sedienta, embelesa su cuerpo invistiéndola como ávida fiera, irrumpe su cámara mientras su intimidad tienta, sombreando su cuerpo con su pincel de cera. Pinta en el ocaso la plenitud de su simetría, adorna sus montes descubriendo sus maravillas, consume el ungüento con su tesón y osadía, cata su lujuria con el néctar de las mil vidas, se entrega en su lecho perdida en su fantasía. Envuelta en la locura y en su eterna desnudez, reviste su cuerpo ante la nueva alborada, despide a su amado con delicia y embriaguez, seduce sus labios con su piel acalorada, saborea su esencia hasta la próxima vez.