24/5/12

Debajo, su libido soplaba el horizonte como una bola de fuego esparcida al infinito; latiendo entre su cuerpo, sediento y amorfo; humedeciendo las cenizas bajo mi lengua dúctil; como una marea de silencios, recorriendo la costa de mis huesos, para luego flotar, en el arrecife agrio de su vientre. Me llevas, deslizándote en mis venas; internando tus pupilas en la flora de mis huecos; saliendo y entrando, lento, pausado; temblando en el follaje de mi entrepierna, que late en tu boca. Y gimes en letras angostando mis sentidos; como una poesía derramada entre mis pechos, que la corriente lleva hacia tus labios; o como una serenata que explota para declinar en el ocaso.

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