Tendidos en el suelo,
te había recorrido
con la punta de los dedos,
acaricié tu pecho
mimando cada punto,
tomándome mi tiempo,
en un itinerario
de arrumacos y besos.
Advierto tus deseos,
me entrego con esmero
en este cuerpo a cuerpo.
Alargaré el momento
de llevarte al exceso,
hasta el preciso instante
en que alcances el cielo.
En el silencio,
solo nuestros gemidos
y el crepitar del fuego.
te había recorrido
con la punta de los dedos,
acaricié tu pecho
mimando cada punto,
tomándome mi tiempo,
en un itinerario
de arrumacos y besos.
Advierto tus deseos,
me entrego con esmero
en este cuerpo a cuerpo.
Alargaré el momento
de llevarte al exceso,
hasta el preciso instante
en que alcances el cielo.
En el silencio,
solo nuestros gemidos
y el crepitar del fuego.
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